La noción de astrocolonialismo advierte que, sin un replanteamiento ético profundo, la exploración lunar o marciana podría replicar estructuras coloniales presentes en la historia terrestre. En un artículo científico de hace unos años, se alerta de que, sin políticas vinculantes de protección planetaria, se replicarán prácticas coloniales, obviando la soberanía ética de los entornos extraterrestres.
Los autores sostienen que la revisión ética debe nutrirse de epistemologías diversas: humanidades, comunidades indígenas, ciencias sociales y público general, para transformar la exploración espacial en un proyecto inclusivo que valore vínculos culturales y ecológicos .
En una línea parecida, este artículo de 2021 en The New Yorker, se argumenta que deberíamos ver a Marte no como territorio para colonizar, sino como un “miembro de la familia” con el que debemos establecer una relación respetuosa y democrática.