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Que la luz es una brizna a la deriva
en un erial eterno de tinieblas;
que la densidad del vacío rivaliza
con la terca oquedad del mundo:
que el contenido del silencio sobrepasa
a la sonoridad del mayor ruido:
y que la vida se queda en capítulo
de los anales de la inercia,
es cierto.
Pero esta noche,
tú y yo, aquí
y ahora, hambrientos
y desnudos,
plenos en la fugacidad
y soberanos
de nue
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He divisado, desde las páginas de Russell, la doctrina de
los conjuntos, la Mengenlebre, que postula y explora
los vastos números que no alcanzaría un hombre inmortal aunque
agotara sus eternidades contando, y cuyas dinastías imaginarias
tienen como cifras las letras del alfabeto hebreo.
En ese delicado laberinto no me fue dado penetrar.
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ERA LA NADA INFORME
Era la nada informe, la nada inexpugnable,
el caos sin latido ni materia,
la oscuridad cerrada sin principio ni fin.
Infinito el espacio, infinita la bruma,
abismo sin abismo. No había ningún nombre,
ningún nódulo, bulto, movilidad, mirada.
El tiempo no existía, nada era mensurable,
gravitaba un vacío, perennemente negro.
Sin embargo, hubo algo, alguien, tal vez un soplo
creó el primer suceso, ese primer fulgor
que agitó el cero inmóvil de la nada.
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Por lógica y aritmética
al obtener n ritmos
tomas de texto de estética,
la tabla de logaritmos.
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Advierto con profunda perplejidad
que el hermoso guijarro que abandono en el aire
se precipita recto hacia la tierra.
Tal vez para una hormiga que fuera en el guijarro
sería más bien la Tierra lo que cae,
verde planeta que se precipita.
Para el soldado inmóvil
antes de halar la cuerda de su paracaídas
vertiginosamente asciende el mundo.
Y si al pasar el tren ante su cobertizo
el mendigo no viera los vagones
sino al niño que en ellos deja caer la manzana,
vería que la manzana toca el suelo
lejos del sitio donde el niño la suelta,
que la manzana cae obli
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Cuando el mundo se afina
como si apenas fuera un filamento,
nuestras manos inhábiles
no pueden aferrarse ya de nada.
No nos han enseñado
el único ejercicio que podría salvarnos:
aprender a sostenernos de una sombra.
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El dibujo sonoro de la línea
es anterior al tiempo de lo blanco.
El tiempo de la línea
-como el espacio y el ritmo de la página-
es anterior al ritmo del color.
El espacio y el tiempo de la línea
son interiores al blanco de la página.
Cuerpo textuado, la escritura
es un ritmo de espacios de color:
de blanco sobre negro,
de negro sobre blanco
en el espacio en blanco de la línea,
en el espacio en blanco de la página,
en el espacio en blanco del
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... Es la celeste geometría
de un astrónomo viejo
sobre la ciudad alta-torres
negras, finas, pequeñas, fin de aquello...-
Como si, de un mirador último
lo estuviera mirando
el astrólogo.
Signos
exactos -fuegos y colores -,
con su secreto bajo y desprendido
en diáfana atmósfera
de azul y honda transparencia.
¡Qué brillos, qué amenazas,
qué fijezas, qué augurios,
en la inminencia cierta
de la estraña verdad!
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Tus electrones giraban tranquilos
por órbitas de tu mundo interior,
mientras los días iban configurando en ti
la clorofila, en una mutación
de la cual desconoces el origen.
Ahora eres un árbol en el bosque de la vida,
con el día llegó la luz de tus ojos
y te diste cuenta que los electrones
se excitaban con aquel beso de luz.
Seguían una cadena de transporte
con una alegría que daba energía
y obtenía oxigeno del agua.
Y te introdujiste en el otro fotosistema,
que tenía una clorofila diferente,
completando su órbita.
Ya sin luz, en la noch
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Ama tu ritmo, y rima tus acciones
bajo tu ley, así como tus versos;
eres un universo de universos
y tu alma una fuente de canciones.
La celeste unidad que presupones
hará brotar en ti mundos diversos,
y al resonar tus números dispersos
pitagoriza en tus constelaciones.
Escucha la retórica divina
del pájaro del aire y la nocturna
irradiación geométrica adivina;
mata la indiferencia taciturna
y engarza perla y perla
cristalina
en donde la verdad vuelca
su urna.