06.10.2009
Durante mucho tiempo las simulaciones numéricas han sido consideradas como herramientas secundarias en la resolución de problemas científicos o de ingeniería de mayor calibre y más aplicadas. Estas simulaciones han contribuido a diseñar, mejorar y confirmar metodologías, mecanismos o componentes que, finalmente, solo serían validados tras someterse a ensayo. Probablemente la mayor ventaja era la posibilidad de controlar un conjunto dado de propiedades sin perturbar el material ni el ensayo mismo, a diferencia de lo que ocurre con las mediciones experimentales. Por todo ello, cabe preguntarse en qué punto se encuentran hoy en día.